El abogado del Hércules ha declarado que la propuesta del instructor da por hecha la culpabilidad de los dos clubes en un posible caso de amaño y de apuestas irregulares por internet sin tener en cuenta las alegaciones de ambas entidades, añadiendo que «se están conculcando derechos básicos como el de defensa y la presunción de inocencia».
El instructor sostiene que «no cabe duda de que Racing y Hércules se beneficiaron de las conductas fraudulentas», conclusión que rechaza el letrado del club por impedirse el derecho de defensa de ambos clubes.
Para el Hércules, cuyo accionista mayoritario es Enrique Ortiz (foto), la conclusión preliminar del Instructor se fundamenta en un dudoso informe de la UEFA que no ha sido aún remitido al Hércules y cuyas fuentes son un presunto experto en apuestas cibernéticas y los datos facilitados por la compañía «Betfair». En ese informe se refleja una «actividad de apuestas altamente sospechosa» y se especula con ganancias millonarias de varios apostantes si el resultado del partido hubiese sido de 3-1 al final y de 0-1 al descanso, pero el encuentro finalizó con 3-0 y la primera parte con empate sin goles.
Por otro lado, la propuesta del Instructor mantiene como un hecho «revelador» de la «predeterminación del resultado» del partido el silencio de los jugadores del Hércules sobre las supuestas conductas fraudulentas que trascendieron del choque en El Sardinero. El abogado del Hércules también descarta de plano la validez de este argumento al considerar que se interpreta la discreción de la plantilla y sus dirigentes, que desde el primer momento se refugiaron en ese silencio como estrategia jurídica, según Aparisi.
En su defensa, el Hércules considera que el instructor aplica indebidamente un criterio de responsabilidad objetiva para el club en general, sin tener en cuenta la posible y exclusiva responsabilidad individual de algún jugador en concreto, en el supuesto de que la hubiera.
Además, Aparisi pone en seria duda la competencia del Comité de Disciplina Social de la LFP –el órgano sancionador de la Liga– para proponer la medida cautelar del descenso a Segunda B, toda vez que cualquier decisión disciplinaria que afecte a la competición compete a la Federación Española.
En este caso se da la circunstancia añadida de que el caso ha entrado en la vía penal al ser investigado por la Fiscalía Anticorrupción y, según el Hércules, el instructor tenía la obligación legal de inhibirse en favor del Ministerio Público.
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