[Img #5429]El director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), Enrique Gómez Bastida, abrió el pasado 24 de Julio la jornada sobre la “Situación actual y perspectivas de futuro de la lucha contra el dopaje”, celebrada como parte de los cursos de verano ofertados por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

Gómez Bastida comenzó su intervención afirmando que “la sociedad civil ha recibido mensajes distorsionados y contradictorios a través de los medios de comunicación”, que han sido utilizados por diferentes sectores para transmitir historias de dopaje y críticas frente al sistema antidopaje, mientras que el discurso promovido por los responsables de la lucha contra el dopaje no ha obtenido la misma cobertura mediática. En ese sentido, este foro ha supuesto una buena oportunidad, que se repetirá en el futuro, para que diferentes personalidades relacionadas con el mundo del deporte pudieran transmitir ese mensaje de rechazo hacia el dopaje.

Bastida confirmó que “el nuevo Código Mundial Antidopaje ha provocado la necesidad de revisar de nuevo nuestra legislación antidopaje”, labor en la que ya se encuentra inmersa la AEPSAD. La nueva versión del CMA entrará en vigor el próximo enero de 2015, introduciendo importantes modificaciones que deberán ser asumidas por los Estados signatarios de la Convención de la UNESCO. Entre otras, el modelo de infracciones y sanciones ha sufrido algunos cambios significativos, incluyendo la complicidad y la asociación prohibida entre las primeras, e instaurando un régimen sancionador que prevé sanciones más graves para los casos de dopaje intencional y mayor flexibilidad cuando concurran circunstancias excepcionales.

A nivel internacional, la Agencia Mundial Antidopaje ejerce una función de promoción y coordinación en la lucha contra el dopaje, y por ello, “la labor de la AEPSAD no es aislada, sino que se desarrolla en colaboración con federaciones internacionales, agencias antidopaje de otros países y organismos de la Administración”, instituciones todas ellas representadas en el programa de la jornada. En nombre de la Unión Ciclista Internacional (UCI) participó el consejero científico Mario Zorzoli, con una ponencia sobre el Pasaporte Biológico como método analítico indirecto de detección del dopaje. Por parte de las agencias nacionales intervinieron Christina Friis (Denmark Anti-Doping), Anna Shawyer (UKAD) y Coral Fernández (AEPSAD), y por parte de los organismos de la Administración, la inspectora farmacéutica de la Junta de Andalucía Arantzazu López. También intervino José Hidalgo, presidente de la FETRI, y en representación de los deportistas, José Luis Llorente (Presidente de Honor de la Asociación de Jugadores de Baloncesto) y María Fuster (nadadora olímpica en Pekín 2008).

Christina Friis basó su ponencia en la importancia de la colaboración de los deportistas en la lucha contra el dopaje, bajo diversas fórmulas previstas en el CMA, como la confesión, el reconocimiento o la ayuda sustancial. Friis describió el caso del ciclista danés Michael Rasmussen, quién “se sometió a un plan masivo de dopaje durante 12 años, que no pudo ser detectado por métodos analíticos”. A raíz de una declaración de Levi Leipheimer denunciando a diferentes ciclistas en el curso de la investigación de USADA contra Lance Armstrong, Denmark Anti-Doping comenzó una investigación propia que finalizó con la imposición de una sanción de 8 años a Rasmussen, reducida en tres cuartas partes por la colaboración del deportista con la autoridad antidopaje danesa.   

Anna Shawyer impartió una ponencia sobre la aplicación de la Inteligencia e Investigación en la implementación de programas antidopaje, basada en la experiencia de la UKAD en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, dónde se realizó una importante labor previa a la competición, con el desarrollo de una planificación de controles dirigidos, programas de educación, e investigación del entorno de los deportistas y los centros deportivos utilizados por éstos.

Coral Fernández describió la organización y funciones de la renovada AEPSAD, y la situación a la que se enfrentará la Agencia a partir de enero de 2015, con la entrada en vigor del nuevo CMA y los Estándares Internacionales, que también han visto modificado su contenido. Por su parte, Arantzazu López describió la lucha contra el dopaje desde la perspectiva de la Administración sanitaria, desde dónde ha participado en la inspección de oficinas de farmacia, facultativos, centros deportivos y establecimientos de venta de complementos alimenticios, destacando su preocupación por los medicamentos de uso hospitalario, como  la EPO o la hormona de crecimiento, y el éxito de operaciones como “Pangea” o “Muscle”.

En representación de las federaciones nacionales intervino José Hidalgo, que mostró su preocupación por la acogida en el triatlón de deportistas sancionados en otros deportes, y su intención de seguir personándose en causas judiciales en las que haya triatletas relacionados, en alusión a la última investigación policial frente al médico del Hércules. Hidalgo esbozó dos líneas de actuación que considera imprescindibles: la necesidad de elaborar una lista única de sancionados, pública y accesible a las federaciones, y la posibilidad de trabajar de forma conjunta con la AEPSAD en la reinserción de aquéllos deportistas sancionados que hayan mostrado su arrepentimiento.

Finalmente, José Luis Llorente y María Fuster aportaron su visión como deportistas olímpicos. El presidente de honor de la Asociación de Jugadores de Baloncesto lamentó que en los casos de dopaje “el foco se pone siempre en el deportista”, mientras que la raíz del problema está en “quiénes administran las sustancias dopantes”, definiendo el dopaje como un problema de naturaleza criminal, por encima incluso del tráfico de drogas. La nadadora mallorquina María Fuster destacó “la importancia de conocer por qué el deportista toma la decisión de recurrir al dopaje”, en función de determinados factores de riesgo, que pueden variar según el deporte, como “las necesidades económicas, el temor al fracaso o el miedo a la retirada”. Para Fuster, según su experiencia, la solución pasa por rodearse de un entorno deportivo y social adecuado, y tener un “Plan B” en el momento de la retirada.

La Jornada estuvo marcada por los mensajes claros y contundentes emitidos por Enrique Gómez Bastida, tanto en su ponencia como en la posterior conferencia de prensa. El director de la AEPSAD afirmó que “en la lucha contra el dopaje no existe un pilar único”, en referencia a la necesidad de implementar una política antidopaje integral que comprenda diversos ejes de actuación como la investigación científica, la educación y el uso de la Inteligencia para lograr una efectividad mayor. Desarrollando esta idea, añadió que “no hay ningún método analítico de detección que pueda resolver por sí mismo el problema del dopaje”.

Bastida fue especialmente categórico respecto a la necesidad de dirigir el foco sancionador hacia el entorno del deportista, poniendo como ejemplo el “caso Armstrong”, más ligado al desarrollo de “un plan infalible de alteración de resultados deportivos” que al consumo de sustancias prohibidas. “Un modelo de corrupción” que habría garantizado a Lance Armstrong la hegemonía absoluta sobre el resto de ciclistas del pelotón, incluso por encima de aquéllos que también consumían sustancias dopantes, justificando la posibilidad de que haya “Tours sin ganador”.

El “caso Armstrong” nunca podría haberse resuelto con métodos analíticos que, por otra parte, sólo dan respuesta a la sanción de una de las diez infracciones incluidas en el Código Mundial Antidopaje. De ahí “la necesidad de dotar a las autoridades antidopaje de capacidades propias de investigación”, como así está previsto en nuestra ley orgánica y en el futuro CMA. Y es desde la investigación desde dónde la AEPSAD quiere llevar a cabo los procedimientos sancionadores no analíticos que sean necesarios para acabar con las tramas de dopaje.

También se refirió Gómez Bastida a la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC), encargada por la UCI, y que ha sido creada con el objetivo de desarrollar una investigación independiente sobre las causas del modelo de dopaje que se ha desarrollado dentro del ciclismo, un modelo difícil de implementar estrictamente en España debido a que “no estamos en esa situación de excepcionalidad”. Sin embargo, el director de la AEPSAD apoya esta iniciativa y es partidario de la revisión del pasado, pero con un propósito que “no debe limitarse a desposeer a Lance Armstrong de sus títulos o conocer los nombres de las bolsas de la Operación Puerto”, sino que “la finalidad del revisionismo debe ser desmontar un sistema de dopaje”.

En relación con las operaciones judiciales que pueden derivar en procedimientos sancionadores de carácter administrativo, Bastida declaró que “la administración judicial tiene sus tiempos, por lo que la AEPSAD debe tener capacidad investigadora propia para responder a sus urgencias”. En alusión directa a la Operación Puerto, también apuntó que “las bolsas no van a decir ni los médicos ni los entrenadores que estaban detrás”, destacando una vez más la necesidad de realizar las investigaciones necesarias para sancionar, no sólo al deportista, sino a su entorno.

La investigación de esta cultura del dopaje heredada de décadas pasadas puede servir para mandar un mensaje diferente por parte de los deportistas a las nuevas generaciones, de la mano de la AEPSAD y de las federaciones internacionales, “un mensaje de rechazo hacia el dopaje y reconocimiento de errores”, que puede partir incluso de aquéllos que en el pasado se sometieron a prácticas dopantes. Una realidad similar a la que ha ocurrido en otros ámbitos de la Administración, en los que se ha aceptado el mensaje de forma natural, como la necesidad de respetar los límites de velocidad o el rechazo del alcohol al volante.

La lucha contra el dopaje debe seguir este modelo con el objetivo de fortalecer “la credibilidad del sistema sancionador en materia de dopaje”. Uno de los principales retos es conseguir que se entienda que “quién comete una infracción debe enfrentarse a la sanción correspondiente”, y éste es el mensaje que se debe transmitir a los deportistas y al entorno de las nuevas generaciones. Otro reto que se ha propuesto Gómez Bastida es conseguir que las Federaciones Internacionales deleguen la sanción de los deportistas calificados como de nivel internacional en la Agencia que dirige.
Con estos objetivos trabaja la nueva AEPSAD, responsable de un sistema de lucha contra el dopaje que “garantice la credibilidad de nuestro deporte y proteja el derecho de los deportistas que deciden competir limpiamente”.

*   Nota de prensa oficial emitida por la Agencia Española de Protección de la Salud.
(http://www.mecd.gob.es/aepsad/divulgacion/wp_posts/2014/julio/20140724-curso-de-verano-uimp.html)

 

Por IUSPORT

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