En unas declaraciones que recoge el vídeo adjunto, llama la atención cómo el consejero insular de deportes de Gran Canaria utiliza a favor del nuevo pabellón de baloncesto los mismos argumentos que empleó en su día para rechazar el traslado de la U.D. Las Palmas del Estadio Insular al Estadio de Gran Canaria.
En la parte final del vídeo se observa cómo Bravo de Laguna Jr., hijo del presidente de la Corporación Insular, ensalza las dimensiones del nuevo pabellón con el ejemplo de quien se muda de una casa de 50 metros cuadrados a otra de 200, y opina que esto justifica que se pierda algo de calor humano en los partidos, frente a la «bombonera» del pabellón de la Avenida Marítima con capacidad para 5.000 espectadores. El aforo del nuevo pabellón está en torno a los 12.000.
Por el contrario, en el caso de la mudanza del equipo de fútbol, Lucas Bravo de Laguna sostiene que el club ha perdido con el traslado a Siete Palmas, barrio emergente de nuevo cuño situado en la periferia interior, y que también perdieron la ciudad y la isla. Una instalación equivalente, en sus efectos, al nuevo pabellón de baloncesto.
Ambas instalaciones están ubicadas en la misma zona, las dos aumentan el aforo en torno a un 100 %, en ambas existe una distancia entre la cancha y el público similar y mayor que la de las instalaciones anteriores.
¿Entienden Vds. esto?