[Img #3330]Mientras Bankia hacía público un comunicado en el que planteaba abiertamente la inmediata venta de las acciones que controla la Fundación (el 70 por ciento), que tiene pignoradas la entidad financiera, el presidente del Valencia, Amadeo Salvo, declaraba ante la Junta General de Accionistas que «Bankia no venderá el club».

Bankia, a quien sólo la Fundación Valencia CF adeuda más de 85 millones, asegura que ‘no ha recibido ningún plan sostenible que haga posible la refinanciación’. Y es que además del préstamo de la Fundación, el club SAD tiene otros 220 millones de deuda con la entidad.

Amadeo Salvo ha exceptuado el caso de que un posible comprador venga «con 250 millones» bajo el brazo. «Si alguien lo quiere, deberá convencer a los que estamos aquí porque hasta que un juez no diga lo contrario, las acciones son nuestras», destacó.

Lo cierto es que Bankia es la que tiene la llave, como ha reconocido el propio Alberto Fabra, y ya no aguanta más. La entidad financiera está decidida por la venta de las acciones como «alternativa más viable». Quiere poner fin a la estrategia de ganar tiempo que ha venido utilizando el club y la fundación hasta ahora.

Razona Bankia que si el máximo accionista del equipo, la Fundación Valencia CF, no puede pagar el préstamo con el que compró casi el 75% del equipo, y ya no se cuenta con un aval renovado de la Generalitat, lo mejor es buscar un nuevo inversor.

En el comunicado, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri considera que “la alternativa más viable” para la Fundación del Valencia es “la búsqueda de inversores que permitan garantizar un buen proyecto deportivo, social y económico”.

La entidad, que ha visto como el polémico aval del IVF a la Fundación sigue en los tribunales y el Consell intenta lavarse las manos, se muestra especialmente dura respecto a la alternativa de refinanciación defendida por la Fundación y el Valencia CF.

Y es que por más que Amadeo Salvo se las prometiera felices con sus planes de reactivación para el Valencia, su diagnóstico era demoledor: la deuda es de 276 millones de euros, el estadio lleva tres o cuatro años parado y ya no es un proyecto innovador, el equipo no está clasificado para la Liga de Campeones, en la cantera se invertía muy poco si lo comparamos con clubes similares y la marca Valencia está en declive absoluto, lo que no quiere decir que no sea potentísima».

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Por IUSPORT

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