El 8 de julio expiró el vigente convenio colectivo entre la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP), sin que las partes hayan llegado a un acuerdo sobre uno nuevo o sobre la prórroga del anterior.
En junio de 2013 ya habían acordado que el convenio, que expiraba el 8 de julio de 2014, «se prorrogue y mantenga la ultractividad hasta el 8 de julio de 2014».
Javier Tebas, presidente de la LFP, dijo el pasado 16 de junio de 2014 que la firma sería inmediata. “Se ha hablado del convenio con la AFE. La semana que viene seguiremos negociando para poder cerrar un acuerdo antes de que termine la temporada”.
Lo cierto, sin embargo, es que la vigencia ha expirado y ahora mismo se está en tierra de nadie.
Sorprende el silencio de las dos partes ante un asunto de tanta envergadura. Temas como el fondo de garantía, las coberturas salariales de los futbolistas en caso de descenso administrativo o el procedimiento abreviado si el jugador deja de percibir tres meses de su salario, que fueron acordados en su día, en estos momentos han perdido cobertura convencional.
Además, hay otros temas que requieren un acuerdo urgente, como el 15% que los jugadores cobran en los traspasos o el salario mínimo.
Y luego están los puntos de divergencia: los fondos de inversión, la petición de la AFE de formar parte del órgano de control económico de los clubes, derechos de formación de los jugadores o el régimen sancionador.
Punto de inflexión: la huelga de 2011-2012
Tras la huelga que la AFE convocó en la primera jornada de la temporada 2011-2012, el sindicato de futbolistas y la Liga iniciaron el diálogo para renovar el documento, pero las negociaciones se interrumpieron en febrero de 2012, cuando la patronal rompió las mismas por considerar que la postura del sindicato era «intransigente».
Los clubes cuestionaron entonces algunas pretensiones de la AFE como las relativas al cambio de la estructura retributiva actual, en su opinión inasumible «por carecer los clubes o SAD de una estructura de ingresos», y también a los derechos de imagen por entender que deben ser los Clubes/SAD quienes acuerden su contraprestación, contenido y alcance en los contratos de trabajo con los jugadores.
La AFE mostró su sorpresa por la decisión de la Liga y señaló que fue la propia patronal la que planteó el cambio de la estructura retributiva y aseguró que los derechos de imagen estaban fuera de la negociación del convenio.
El sindicato reprochó a la Liga que «mirara para otro lado» en la situación de los futbolistas apartados y aclaró que en el punto relativo a la modificación del régimen sancionador su propuesta se basaba en «una modificación porcentual sobre el salario del futbolista con unos límites máximos, manteniendo otras sanciones alternativas en equilibrio y proporcionalidad entre ellas».
El 8 de abril de 2013 el presidente de la AFE, Luis Rubiales, anunció su deseo de iniciar las negociaciones para un nuevo convenio colectivo tras mantener una reunión con los capitanes de los clubes de Primera y Segunda división.
«Estamos en una situación de una falta de legislación y de una falta de control económico adecuado. Queremos un sistema de garantías y coberturas igual que el de otras ligas. Los jugadores no entienden que con más ingresos que nunca haya una inseguridad tremenda. El fútbol español carece de las garantías jurídicas y económicas que debería tener», señaló entonces.
El convenio vigente fue suscrito el 31 de julio de 2008 y sustituyó al de 1998.
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