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Dennys Rodman, la fuerza del destino

Felip Company Felip Company Viernes, 26 de Junio de 2015

Felip Company

[Img #11719]Un nuevo amanecer estival ilumina los suburbios en las afueras de Dallas; pero el sol nunca reluce para Shirley Rodman: una madre valiente que hace catorce años abandonó la comodidad de un hogar contaminado por el adulterio marital, para simultanear hasta cuatro empleos en aras de sustentar, en solitario, a sus tres hijos.

 

Una existencia donde sólo hay lugar para el sacrificio. Seguir adelante y rezar por el  declinar de la tormenta.  Disfrutar queda vedado en el reino de los supervivientes.

 

Mientras se viste a toda prisa para iniciar su interminable jornada, un sospechoso vehículo atraviesa las calles de los olvidados bloques de viviendas de renta baja y población mayoritariamente negra, para detenerse frente a su morada.

 

Sus ocupantes, dos policĆ­as de raza blanca, se apean del auto y comienzan a golpear  incesantemente el portal. Esa clase de sonido que sólo puede equivaler a problemas.

 

Pronto se confirman sus peores augurios.  Exhibiendo un reloj de idĆ©ntico modelo al que su hijo Dennis le habĆ­a regalado unos dĆ­as antes, uno de los agentes define el motivo de su visita: ā€œ Buscamos a Dennis Keith Rodmanā€.

 

Dennis es un chico delgaducho, de 1Ā“75 metros, exacerbada timidez y baja autoestima; que marchó del colegio, cansado de ser constantemente ridiculizado por sus compaƱeros; que no ha tenido, a sus dieciocho aƱos, ni el mĆ”s mĆ­nimo coqueteo amoroso; limitĆ”ndose a permanecer a la sombra de sus dos becadas hermanas baloncestistas,  bajo el permanente cobijo de su progenitora.

 

La sustracción de diecisĆ©is  lujosos relojes, valiĆ©ndose de su puesto de vigilante nocturno en el aeropuerto de Dallas, le obliga a pasar dos dĆ­as, entre constantes sollozos, en el presidio aeroportuario. 

 

Determinado a dejar que el tiempo se deslice sin sentido por su alma angustiada,  permanece durante los meses siguientes, sin apenas salir de su habitación, abocado, como tantos otros, a una vida mĆ­sera y desperdiciada. Sin embargo, el  destino decidió aliarse con aquel desorientado joven para cambiar el desventurado guion que la historia parecĆ­a tenerle reservado.

 

En 1983, con casi veintiĆŗn aƱos -tras un milagro genĆ©tico que le hace crecer veintisiete centĆ­metros en apenas doce meses- reingresa en el equipo de baloncesto que anteriormente  habĆ­a abandonado -el Cooke County Junior College de Texas-, donde, entrenando como un poseso, se convierte en la sensación,  promediando 17Ā“6 puntos y 13Ā“3 rebotes antes de dejarles, nuevamente, tras sólo diecisĆ©is encuentros, por su negativa a acudir a clase, como era preceptivo.

 

Una vez mĆ”s el paralizante miedo, la hipersensibilidad autodestructiva de quien ha crecido eclipsado y con escaso amparo, le hace regresar a su peligrosa zona de confort, hasta que llega el dĆ­a en que Shirley,  desesperada, le pone de patitas en la calle, condenado a deambular entre una, poco recomendable, fauna. 

 

Fin de trayecto. El mismo relato tantas veces escuchado. Pero, la diosa fortuna quiso otorgarle una segunda oportunidad.

 

Lonn Reinsman, tĆ©cnico asistente de Southeastern Oklahoma State- una pequeƱa universidad que milita en la NAIA, torneo de nivel inferior a la prestigiosa NCAA- marcha desilusionado de la pista del Cooke County Junior College, tras escuchar que aquel chaval,  a quien habĆ­a observado  hacĆ­a unas semanas y  cuyo nombre –Dennis Rodman- habĆ­a anotado con letras doradas, ha partido con rumbo desconocido.

 

 Sin embargo, aunque apenas  ha presenciado un entrenamiento, su instinto le dice que estĆ” ante un diamante en bruto, por lo que decide buscarle afanosamente y,  tras  reunirse con Ć©l y su madre, le convence para que le acompaƱe a visitar el Campus.

 

Seducido por los halagos de su improvisado mentor, que confĆ­a ciegamente en sus posibilidades, y consciente de hallarse ante su Ćŗltimo tren,  firma su ingreso.

 

Tiene lugar, entonces, un hecho inesperado pero decisivo: Con el objeto de lograr una  rĆ”pida integración en su nueva comunidad- eminentemente blanca, rural y granjera-,  Dennis comienza a impartir clases de baloncesto a un grupo de chavales del  pueblo colindante: Bokchito (Oklahoma). Entre ellos, dedica una especial atención a Bryne Rich, de doce aƱos, cuya  inferioridad fĆ­sica, compensada con una fiereza inusitada, le recuerda sus frustrantes inicios.

 

Pero, aunque lo ignora en ese instante, no es, aquel, un chico cualquiera. Tras matar accidentalmente a su mejor amigo durante una cacerĆ­a, el pequeƱo Bryne lleva diez meses encerrado en sĆ­ mismo, sumido en una profunda depresión.  

 

Pese a la notable diferencia de edad- casi diez años- el transcurso de los días afianza una insólita amistad, que se consolida cuando Bryne invita a su nuevo colega a cenar con sus Padres -James y Pat- y sus otros dos hermanos -que se llevan una sorpresa mayúscula, pues no esperan que el anunciado telefónicamente sea un mozalbete de raza negra y de mÔs de dos metros-.

 

A partir de ese instante, y aunque es difĆ­cil arrancarle, al principio, una sola palabra,  Dennis se convierte, de una manera espontĆ”nea, durante tres largos aƱos, en un miembro mĆ”s de la familia Rich; pernoctando a menudo en su vivienda e incluso laborando en la granja durante el verano; transformĆ”ndose Pat y James -pese a los celos maternos- en una suerte de tutores que saben guiarle con sabidurĆ­a, cuando su impulsividad le lleva por el camino equivocado.   

 

Apoyado por un entorno donde, por primera vez, se siente aceptado tal cual es y por una capacidad atlĆ©tica y de aprendizaje extraordinarias, se convierte, sin haber disputado un solo encuentro de High School, en la gran estrella de  Southeastern Oklahoma State y en uno de los mejores jugadores de la NAIA, con una media de 25Ā“7 puntos y 15Ā“7 rebotes.

 

El desenlace es  por todos conocido: Elegido con el nĀŗ 27 de la segunda ronda del Draft de 1986 –trĆ”gicamente vinculado a la muerte del nĀŗ 2, Len Bias- por los Detroit Pistons, Dennis Rodman conquistarĆ­a cinco anillos, un tĆ­tulo de mejor defensor  y siete de mejor reboteador; fue un descomunal atleta, capaz de defender con excelencia a astros tan diversos como Magic Johnson, Michael Jordan o Shaquille OĀ“Neal; pero tambiĆ©n, como dirĆ­a el aƱorado Andres Montes, la ā€œCruella De Vilā€ de la NBA: un tipo sin lĆ­mites y con un temperamento incontrolable, que supo transformar su conducta escandalosa en parte del espectĆ”culo, a la par que en un negocio muy rentable.

 

En el libro No Bull : The Unauthorized Biography of Dennis Rodman, el periodista del Chicago Sun-Times, Dan Bickler, relata los orígenes de The Worm, embarcÔndose en la difícil misión de esbozar los rasgos de su estrambótica e indescifrable personalidad.

 

Podemos quedarnos, tal vez, con la visión de los dos entrenadores que mejor le conocieron: Phil Jackson y Chuck Daly.

 

Phil Jackson en su libro Eleven Rings: ā€œToda su salvaje teatralidad entre bastidores – los anillos en la nariz, los tatuajes, las tardĆ­as fiestas en locales Gay- era parte de la función que habĆ­a creado, con la ayuda de Madonna, para llamar la atención. Debajo solo habĆ­a un chico tranquilo de Dallas, con un generoso corazón, que trabajó duro, jugó duro y que hacĆ­a lo que fuera por ganarā€. Aunque tambiĆ©n reconoce: ā€œEse aƱo deje de pasear junto a la lĆ­nea de banda durante los partidos, pues observĆ© que ello avivaba la hiperactividad de Dennis. No querĆ­a activarle pues, una vez agitado, nadie podĆ­a prever lo que serĆ­a capaz de hacer.ā€

 

Durante la exitosa travesĆ­a de los Bulls hacia la conquista del anillo en los playoffs de 1996,  Rodman coincidió en un restaurante con su padre espiritual, Chuck Daly.  Este, pleno de curiosidad, quiso saber quĆ© extraƱo demonio se habĆ­a apoderado de aquel muchacho silente para transformarle en un insaciable provocador, a lo que este respondió: ā€PasĆ©  todos esos aƱos en Detroit, fui el mejor defensor y lĆ­der en rebotes, juguĆ© el All Star, y nadie me conocĆ­a ni cobraba lo que merecĆ­a. Tuve que buscar otro camino.ā€

 

Entonces, ¿era todo una mera actuación?

 

ā€œAbsolutamenteā€ –concluye Daly.

 

Como el mismo dirĆ­a: ā€œ IĀ“m what you all would be if you could let it all hang outā€ –

 

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