Mónica Sarabia Bernabeu
Hoy en día, las inmensa mayoría de las empresas españolas no saben aprovechar las oportunidades de mercado que les ofrece el deporte profesional, entendido en sentido económico como esa vía de reconocimiento de marca en nuevos mercados nacionales e internacionales.
La importancia económica de la marca España queda ligada a la imagen del deporte español, y ello es debido al gran reconocimiento internacional cosechado por los éxitos de los deportistas españoles en las distintas modalidades deportivasde los grandes eventoso acontecimientos que se celebran y se retransmiten cada año por toda la geografía mundial.
La situación económica sigue condicionando el comportamiento de las empresas patrocinadoras.El pensamiento de realizar grandes inversiones en el deporte como fórmula para darse a conocer y transmitir su marca, ha dejado de interesar a muchas de ellas, retirando o anulando los contratos de esponsorización alconsiderar que no les rentabiliza lo suficiente o que no es una inversión segura de futuro.
Invertir en el deporte es una apuesta sólida. El patrocinio deportivo sigue siendo un arma económica para las empresas, una oportunidad de promoción y comercialización de productos en nuevos mercados yuna posibilidad de rehacerse e identificarse en un mercado objetivo o en un estilo de vida en particular. Para ello, es necesario que los patrocinadores aprovechen la recesión económica, busquen nuevas alternativas de inversión, accedan a nuevas propuestas más atractivas, valoren nuevas oportunidades de negocio y abran sus puertas a otros mercados nacionales o internacionales de la mano del deporte español para afianzar su imagen en el exterior y dar a conocer su nuevo producto.
La colaboración intensa entre la asociación deportiva y sus patrocinadores, la participación activa en las diversas negociaciones y en la organización del espectáculo deportivo, la fijación de objetivos claros entre ambas partes y la prestación de servicios por parte del deportista o de la entidad deportivaa la empresa (actos publicitarios, uso de la imagen etc.), puede ayudar a las empresas a maximizar en beneficios y acelerar el retorno de la inversión.Por lo que, la comunicación comercial entre los dos operadores que entran en juego, resulta fundamental para garantizar el éxito del patrocinio deportivo.
Las empresas nacionales tienen que dejar de ver el patrocinio deportivo como un gasto y pasar a verlo como una inversión de futuro o nueva fuente de ingresos. Invertir en el deporte puede resultar una gran estrategia económica para muchas empresas, ya que, por una parte se produce una mejora de la imagen de la marca y por otra, el vínculo emocional que une a la empresa con el deporte y sus valores es mucho más fuerte de cara a atraer a nuevos clientes que el que se consigue a través de la publicidad tradicional.
Fomentar el patrocinio deportivo por parte de las instituciones públicas es fundamental para evitar la desaparición de muchos pequeños y medianos clubes que subsisten a duras penas de las subvenciones que les otorga la Administración Pública y de la masa social que compone la propia entidad. Ofrecer nuevas prerrogativas e incentivos a las empresas que invierten en el deporte, considerado de interés general, resulta fundamental para reactivar la inversión en el mercado deportivo español.
Cada vez son más las empresas internacionales las que confían y destinan parte desus ingresos a patrocinar clubes o deportistas españoles, en detrimento de las empresas españolas que se alejan de invertir en el sector deportivo, ya que, no ven la oportunidad de negocio. Garantizar el compromiso social de la empresa o asociar la imagen de la marca al deporte español es una garantía de expansión internacional que provoca la apertura de nuevas fronteras en el mercado.
Parece impensable que Mireia Belmonte, apodada la sirena española por sus cuatro oros y dos récord del mundo en el anterior mundial de natación de Doha, sufriera en estos últimos años por conseguir un patrocinador español;por el contrario le llovían ofertas de empresas extrajeras. Otro claro ejemplo, es el éxito cosechado por Carolina Marín, flamante campeona del mundo en bádminton, en el que ninguna empresa española supo aprovechar como oportunidad de mercado el tirón de esta deportista profesional en China, cuya final fue difundida en un canal público y en horario de máxima audiencia. Y así podríamoscontinuar poniendo otros muchos ejemplos de deportistas españoles que sufren una situación de desamparo profesional por empresas nacionales, ya que éstas continúan actuando ciegas y pasivasante las nuevas oportunidades de mercado que les brinda el deporte español.
Mónica Sarabia Bernabeu
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