Oxígeno engañoso para Bartomeu

La primera reacción del equipo de Bartomeu, tras conocer el auto del Juzgado de Primera Instancia que desestima la excepción de litisconsorcio pasivo necesario, ha sido, lógicamente, de alivio.

Pero el staff del presidente blaugrana ya le ha advertido que se trata de un balón de oxígeno con fecha de caducidad. El Auto, si bien rechaza la excepción opuesta por los demandados en la acción de responsabilidad, aclara que la misa no está dicha sobre este espinoso asunto.

Este es el párrafo de los fundamentos jurídicos que preocupa en Can Barça: “La tutela solicitada, la condena de los ex directivos demandados a abonar la "cuota" de responsabilidad que les corresponda por los resultados económicos negativos generados durante el periodo de su gestión, puede hacerse efectiva sin necesidad de demandar a otros directivos o ex directivos que acaso pudieran resultar también responsables: cada uno de los demandados será deudor -si es el caso- de su parte o cuota correspondiente, pudiendo liberarse cada uno pagando su parte (en las obligaciones mancomunadas divisibles [la deuda se presume dividida en tantas partes iguales como deudores haya, reputándose deudas distintas unas de otras), sin que ninguno este obligado a suplir la insolvencia de los otros (aspecto que solo contempla el art. 1.139 del CC para las obligaciones mancomunadas indivisibles pero que se deriva del art. 1.138 del CC también para las obligaciones mancomunadas divisibles)”.

No obstante, decimos nosotros, el Auto es algo alambicado. Estando claro que se trata de una deuda mancomunada, ¿cómo va a cuantificar el Juzgado la parte alicuota que corresponde a cada exdirectivo sin determinar previamente el número total de dirigentes potencialmente responsables? ¿Entre cuántos hay que repartir la deuda? Decisión judicial, la adoptada, más que discutible desde el punto de vista procesal.

En cualquier caso, los asesores de Bartomeu le han vuelto a aconsejar que lleve a la Asamblea General de este verano, ya sin las prisas preexistentes, un acuerdo de desistimiento de la acción de responsabilidad contra Laporta y demás exdirectivos.

Creen que desde el punto de vista político quizá sería la alternativa más adecuada. Dejar de airear los trapos sucios del club,  pacificar la entidad y reducir la excesiva litigiosidad en la que están inmersos, incluyendo la querella contra Rosell y la otra presentada por Manos Limpias contra el propio Bartomeu. Suena bién.

Demasiadas causas abiertas que perjudican gravemente la imagen de algo més que un club.