Hoy en día todo el mundo conoce la práctica del dopaje en el deporte, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, incluso el dopaje en ámbitos reducidos como en gimnasios. Socialmente este ejercicio es considerado como una lacra que afecta a diversos bienes jurídicos que son dignos de protección, como pueden ser la salud de los deportistas, el juego limpio y su dimensión ética. Pero, ¿alguien conoce de donde proviene la palabra “dopaje”?
Parece ser, que la palabra dopaje, proviene de una lengua hablada en una tribu Zulu de la costa este de África del Sur, que utilizaba una bebida denominada “dop”, la cual poseía propiedades estimulantes y proporcionaba más fuerza para poder luchar en las batallas. Esta palabra fue adoptada por los ingleses a finales del S. XIX para hacer referencia a la administración de drogas a los caballos de carreras, y con posterioridad, acabo utilizándose para el mundo deportivo.
Como se puede comprobar, de lo establecido en el párrafo precedente el dopaje no es un fenómeno reciente, sino que la utilización de sustancias para mejorar la marca, o para obtener un mejor rendimiento deportivo, es casi tan antigua como el deporte de competición. Por ejemplo, en competiciones datadas de antes de Jesucristo, los atletas utilizaban dietas especiales y pociones estimulantes para fortificarse.
Otros ejemplos que podemos encontrar datan de 1928, ya que la Federación Internacional de Atletismo fue el primer organismo que prohibió el uso de sustancias estimulantes, por encontrarse un suceso de tales características dentro de la competición. En la celebración de los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, el ciclista Knud Jensen, murió en plena competición y los resultados de la autopsia revelaron que había ingerido anfetaminas, de ahí que salió a la luz que el uso de hormonas sintéticas, como la testosterona, era una práctica cada vez más habitual dentro del mundo deportivo. Otro momento que se considera de gran importancia en la evolución de la lucha contra el dopaje fue el positivo de Ben Johnson, atleta canadiense, en los juegos olímpicos de Seul en 1988, este deportista fue vencedor en los 100 metros lisos, consiguiendo la medalla de oro, pero cuando se le realizó la prueba para detectar sustancias extrañas en su cuerpo se detecto que en su orina había un esteroide anabolizante prohibido, el estanozolol, momento en el que se le retiró la medalla conseguida.
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