En los últimos veinte años, en Europa, se está desarrollando una concepción pragmática del deporte considerado un business y generador de ingresos.
Desde los años treinta la explotación del deporte con fines comerciales y económicos es típica del deporte estadounidense que está familiarizado con conceptos como el profesionalismo, la venta de derechos televisivos, la relación entre el fenómeno del deporte y las leyes estatales, en particular en materia de ley sobre la competición, que son los pilares del paradigma deportivo americano que ve las grandes ligas, como la de baloncesto, de béisbol, de fútbol americano y de hockey sobre hielo, gestionada por entidades privadas cerrada , no afiliadas a ninguna federación.
La especial relación horizontal entre la fuerzas internas, permite que las ligas sean exentas de lo Sherman Act, la ley federal que rige la competencia y por eso pueden tratar de garantizar la incertidumbre del resultado y la competitividad a través de la invención de la una serie de recursos, tales como la regla de free agency, el revenue sharing y el salary cap con el fin de estimular la participación de los aficionados.
En los últimos años, con el desarrollo del potencial comercial del deporte y los impresionantes avances relacionados con el movimiento, la protección del aspecto financiero se ha vuelto relevante en Europa y por esta razón empieza a ser necesaria la adopción de instrumentos destinados a fortalecer la estabilidad económica y financiera de los clubes.
En marzo de 2013, por primera vez en el fútbol europeo, la Asamblea General de la Lega Nazionale Professionisti Serie B (LNP-B) presentó el salary cap, instituto típico de las ligas deportivas de Estados Unidos, exportado al extranjero y en el mundo del fútbol.
Los veintidós clubes de la liga han incluido la reforma de las nuevas Disposiciones en el Codice di Autoregolamentazione, que fue adoptado desde el 2010, año de la fundación de la LNP-B y de separación de la Lega Nazionale Professionisti Serie A (en seguida LNP–A).
El salary cap para el contrato de un jugador, en vigor desde la temporada 2013-2014, ascenderá a 150.000 € en la parte fija y en la misma cantidad para la parte variable.
Al principio, la Asamblea estableció el salary cap sin vincularlo con los gastos totales de la empresa ni con los beneficios de la misma, pero después con una siguiente resolución en mayo de 2013, la LNP-B decidió conectar el límite de gasto para los contratos con los gastos totales soportados por los clubes, en respuesta a las peticiones de algunos presidentes y de la Associazione Italiana Calciatori.
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