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A la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha no le ha temblado el pulso a la hora de aplicar la Ley contra un club deportivo de caza de la localidad de Medrana, de la provincia de Guadalajara.

 

El hecho que originó la iniciación del procedimiento sancionador se remonta a 2013 cuando se produjo un caso de envenenamiento masivo de animales en una de las zonas protegidas de la Red Natura 2000, conocida como el Valle del Río Cañamares, el cual se encuentra calificado como Lugar de Interés Comunitario.

 

En el coto privado del club sancionado se detectaron alrededor de 20 ejemplares envenenados de diversas especies de aves rapaces, pero fue uno de ellos, un ejemplar de Águila de Bonelli, el cual se encontraba provisto de un dispositivo de seguimiento por parte de la ONG Grefa, el que puso en la pista tanto a esta organización como WWF España, así como, a los agentes medioambientales de la Comunidad Autónoma.

 

Ambas ONG’s, integrantes del Programa Antídoto que se ocupa de luchar contra los cebos envenenados, se personaron en el procedimiento administrativo sancionador afirmando que los ejemplares muertos habían sido envenados con carbofurano, sustancia plaguicida altamente tóxica y que la Unión Europea ha prohibido que se comercialice con fines fitosanitarios. Sin embargo, según han señalado estas ONG’s, su uso es habitual para eliminar de forma masiva e ilegal a los depredadores de especies cinegéticas como la perdiz, aumentando así las posibilidades de caza en los cotos.

 

La sanción impuesta por la Consejería de Agricultura multa al club de caza con 25.000 euros y suspende la actividad cinegética en su coto privado por tiempo de dos años. 

 

Por IUSPORT

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