La Selección Española puso fin a su andadura en el Mundial de Rusia este domingo de la manera más dramática posible: desde los once metros tras ser incapaz de hacerle un gol más a Rusia en 120 minutos. Una desilusión que se reflejó en las lágrimas de varios de los integrantes del equipo dirigido por Fernando Hierro.
Sin embargo, la eliminación tan temprana e inesperada de España no supone solamente un fracaso deportivo, sino que priva a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de beneficiarse del Mundial más generoso de la historia. O, dicho de otro modo: Se ha desaprovechado la oportunidad de recibir un premio más generoso por parte de la FIFA por avanzar a las próximas rondas.
España pone rumbo a casa con unas ganancias superiores a los once millones de euros en este Mundial. El año pasado, el Consejo de la FIFA aprobó los premios económicos que se entregarían en esta cita mundialista. Se decidió que a todas las selecciones participantes de la fase final se les entregara una bonificación de, aproximadamente, 1,3 millones de euros para preparar el torneo.
A esta cantidad, la Selección ha de sumarle la bonificación otorgada por haber llegado hasta los octavos de final, que es de, aproximadamente, 10,3 millones de euros (12 millones de dólares). De haber logrado vencer a Rusia en la tanda de penaltis, España habría optado a un bote de 13,7 millones, y de pasar a las semifinales, a rozar los 19 millones, como mínimo, puesto que los últimos premios van en función de si una selección queda cuarta, tercera, subcampeón o campeón.
El mayor bote de la historia
Para este Mundial, la FIFA ha reservado un total de 400 millones de dólares (343.495.072 millones de euros) para repartirlo en premios entre las selecciones participantes. Es la mayor cantidad jamás reservada. Y es que el fútbol nunca había generado tantos ingresos como ahora. Prueba de ello son estos datos.
Quien salga campeón de Rusia se llevará 38 millones de dólares, tres más de los que se llevó Alemania hace cuatro años en Brasil y ocho más de los que se llevó España en Sudáfrica en 2010. Una cantidad que triplica a la que ingresó la Brasil de Ronaldo Nazario en Corea y Japón 2002, donde se proclamó campeón.
Estos números dejan claro que esta cita mundialista no es sólo una oportunidad deportiva para las federaciones y para los jugadores. Es una oportunidad para que las federaciones hagan su agosto en el mes de julio. En el caso de las selecciones o federaciones no favoritas, es la oportunidad de hacer sonar la flauta y tener un ingreso extraordinario que sirva para acercarse un poco más al pelotón de las selecciones favoritas de cara al futuro.
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