Los expertos calculan que en España hay unos 3.000 ultras del fútbol, muy controlados por la Policía y aún más si cabe después de la muerte, justo hoy hace un año, del seguidor del Dépor y miembro de los Riazor Blues Francisco Javier Romero, alias Jimmy.

Ocurrió a primeras horas de la mañana del domingo 30 de noviembre del año pasado en una reyerta multitudinaria de unos 200 ultras del Riazor Blues y del Frente Atlético que, apoyados por otros radicales, habían quedado a las 7 de la mañana para pelearse.

Y lo hicieron en Madrid Río, en las proximidades del estadio Vicente Calderón, horas antes de que se enfrentaran en un partido de liga el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña. Una brutal paliza acabó con la vida de Jimmy.

¿Qué ha ocurrido después? 101 detenidos, cuatro imputados por homicidio en prisión cinco meses y excarcelados por un juez después, un solo imputado ahora -un menor-, un testigo protegido y medidas en los estadios contra la violencia y los delitos de odio. De momento, un crimen aún sin culpables sentenciados.

Como pasó con otros sucesos similares -las muertes de los aficionados Guillem Lázaro en el campo del Espanyol en 1992 o Aitor Zabaleta en los aledaños del Vicente Calderón 1998-, siempre hay un antes y un después del suceso y los ultras «apaciguan sus conductas» ante la presión policial y social.

Pero las administraciones y las fuerzas de seguridad, como señala a Efe David del Castillo, un analista jurídico, docente y coautor del libro «Odio en las calles» (editado por Círculo Rojo) sobre la violencia urbana, siguen trabajando de forma «constante» y están afrontando desde hace años el problema con resultados muy positivos.

De hecho, subraya Del Castillo, se están produciendo menos incidentes de ese tipo en los estadios protagonizados por ultras, un colectivo que mantiene «más o menos estable» su número de activos al entrar en esos grupos prácticamente la misma proporción de miembros de los que salen.

Tras el suceso de hace un año, las secretarías de Estado de Seguridad y Deporte acordaron una serie de medidas que, tal y como refleja el informe de la Comisión estatal contra la violencia en el deporte, al que ha tenido acceso Efe, han redundado en menos conductas violentas.

Los clubes «están dando pasos para erradicar» a esos grupos que «tenían arraigados» en sus gradas y el reproche social a estas conductas es cada vez mayor, apostilla Del Castillo.

Según el informe, que incluye datos de todas las comunidades autónomas a excepción de Cataluña (no los facilita habitualmente), en la temporada 2014/15 se han realizado 152 propuestas de sanción menos (un total de 1.284) que en la temporada anterior (1.436).

Promover o participar en altercados, agresión o insulto a policías o vigilantes de seguridad, lanzamiento de objetos al campo, pancartas incitando a la violencia y actos racistas, son algunas de las causas de esas propuestas de sanción, amén de consumo de drogas o de alcohol.

La cuantía de las sanciones a los clubes ha aumentado de forma considerable. Así, de los 529.572 euros propuestos en la temporada 2013/2014 se ha pasado a 692.769 euros, lo que supone un aumento del 31 por ciento.

Mientras, en relación a espectadores, en la actual temporada se han propuesto sanciones por 11 millones de euros. Las más importantes precisamente por los incidentes de hace un año en Madrid Río.

Un dato novedoso, según el informe: Se han propuesto multas por declaraciones de manifiesto desprecio e incitadoras de comportamientos violentos o intolerantes.

También hay más detenidos: un total de 99 frente a los 67 de la temporada anterior, si bien el número de expulsados de los estadios ha bajado ligeramente al pasar de 538 a 526.

Ha subido también el número de partidos declarados de alto riesgo: 83 frente a los 55 de 2013/14.

El informe concluye también que en Primera División se ha observado un ligero ascenso del número de aficionados de riesgo en los desplazamientos, mientras que fue muy inferior en la asistencia local a los estadios. Todo lo contrario ha ocurrido en Segunda División.

Los datos reflejan que se produjeron en la temporada 2014/2015 17.848 desplazamientos (integrantes de grupos de riesgo) en Primera División y 6.026 en Segunda, con un aumento del 4,96 por ciento en el primer caso y un descenso del 34,24 por ciento en el segundo.

Fuentes consultadas por Efe han recordado que los medios policiales desplegados en el fútbol son los mismos y suficientes, pero reconocen que tras la muerte de Jimmy aún hay más control si cabe de los desplazamientos de radicales y de las horas a las que tienen previsto llegar.

Es decir, comprobar si hay «quedadas», como pasó hace un año, y si llegan antes de tiempo.

Por IUSPORT

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