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Según publica el sitio El Observador de Montevideo, la Justicia suiza aceptó ayer el pedido de Uruguay de extraditar a Eugenio Figueredo para indagarlo por lavado de dinero, estafa y apropiación indebida por contratos de TV de torneos de la Conmebol, organismo donde el dirigente uruguayo ejerció como vicepresidente entre 1993 y 2013.
La intención de las autoridades uruguayas es que Figueredo, de 83 años de edad, arribe a Montevideo antes del próximo jueves 24, aunque el retorno –que al igual que el viaje de ida de los policías, se hará en clase económica– depende de las conexiones aéreas, dado que no hay vuelos directos entre Uruguay y Suiza.
Apenas llegue a Uruguay, Figueredo será conducido a declarar ante la jueza especializada en crimen organizado Adriana de los Santos y el fiscal Juan Gómez.
Gómez aclaró ayer ante la prensa que Uruguay pidió la extradición de Figueredo y que Suiza la aceptó «porque existe prueba suficiente de una actividad con apariencia delictiva» y «se presume que terminará con el procesamiento» del dirigente, que también fue presidente de la AUF entre 1997 y 2006.
«Confiamos en que vamos a tener nuevos elementos para continuar con una investigación seria que habla bien del país y de su sistema judicial, porque lograr una extradición en estas condiciones no es nada sencillo», agregó el fiscal.
La investigación ante la justicia uruguaya se inició a fines de 2013 por una denuncia de la Mutual de Futbolistas por los derechos televisivos, junto a otros clubes.
La denuncia que fuera presentada por los abogados Jorge Barrera y Víctor Della Valle, plantea que la Conmebol habría recibido una oferta de la empresa Global Sport (propiedad de Francisco Casal) de US$ 805 millones por las ediciones de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana de 2015 a 2020, pero que sospechosamente se aceptó la propuesta de la firma T&T Sports, que ofreció US$ 381 millones, es decir, US$ 424 millones menos.