La UEFA investiga dos partidos de Hungría por posible racismo

La UEFA ha puesto el foco en el Puskas Arena de Budapest por posibles incidentes racistas en las gradas durante los dos últimos partidos de la selección de Hungría contra Portugal y Francia. El organismo rector del fútbol europeo ha confirmado la designación de un inspector de Ética y Disciplina para iniciar una investigación disciplinaria sobre "posibles incidentes discriminatorios".

El racismo es la principal lacra que tanto la FIFA como la UEFA buscan combatir en los últimos años. En el caso de la UEFA, su normativa disciplinaria, que es la que se aplica en este procedimiento, establece que aquel aficionado que "insulte la dignidad humana de una persona o un grupo de personas por el motivo que sea, incluyendo color de piel, raza, religión, origen étnico, género u orientación sexual" la federación correspondiente se expondrá a la clausura parcial del estadio. Además, en caso de reincidencia, la selección responsable será castigada con un partido a puerta cerrada y una multa de 50.000 euros.

La misma normativa contempla que en caso de una reincidencia continuada, la federación se expondrá a más de un partido a puerta cerrada, incluso la pérdida de puntos o la descalificación de las competiciones. Por el momento, la UEFA en un escueto comunicado ha afirmado que "la información sobre este asunto estará disponible a su debido tiempo".

No es el primer episodio en el que se relaciona a la selección húngara con el racismo. En 2019, la UEFA sancionó a dicha federación a jugar contra Eslovaquia con el cierre parcial de su estadio por cánticos racistas de sus aficionados.