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Mañana domingo 23 se enfrentan el Cacereño y el Granada “B” en el estadio Príncipe Felipe. El banquillo del equipo verde lo ocupará, esta vez en solitario, Ángel Marcos. Ello se debe a la sanción de suspensión por dos partidos impuesta a Aitor Bidaurrázaga por el Juez de Competición de la RFEF por protestas al árbitro en la pasada jornada.
Como comentamos hace unos días, a pesar de la rueda de prensa del pasado 29 de octubre, donde se anunció su relevo como primer entrenador, federativamente Bidaurrázaga todavía lo sigue siendo. Este hecho se debe a que el contrato laboral que vincula al técnico vasco con el club es por su condición de primer entrenador y su categoría profesional no puede ser modificada unilateralmente por su empleador mientras esté vigente la relación laboral, como se pretendía. De hecho, en base a lo estipulado en su Reglamento General, la Federación Española de Fútbol negó la licencia a Ángel Marcos por dicho motivo.
Lo cierto es que la posición de Aitor Bidaurrázaga como primer técnico es meramente formal: se persona como tal en los partidos y así figura en las actas arbitrales. En cuanto a lo demás, las funciones propias de un primer entrenador, la dirección técnica del equipo, son asumidas en este momento por Marcos que, sin embargo, figura como segundo entrenador a nivel federativo. Hasta algún sector de la prensa incluso habla de Ángel Marcos como primer entrenador.
Es evidente en este caso que no se da la correspondencia debida entre la posición federativa de ambos (la cual es totalmente correcta) y su papel real en la toma de decisiones dentro del Cacereño. Sin perjuicio de que podamos llegar a entender personalmente la situación personal de Aitor, que ha asumido esta situación, pienso que, en el plano laboral, estamos ante una modificación sustancial encubierta de las condiciones de trabajo de éste, puesto que no está realizando actualmente las funciones que se derivan contractualmente de su categoría profesional y de su licencia federativa. Se está, por tanto, ante un cumplimiento aparente de la normativa federativa, puesto que lo cierto es que quien ejerce realmente, desde el punto de vista laboral, la posición de primer entrenador es Ángel Marcos.
